¿Correr o caminar?

La actividad física es un punto central para el bienestar del adulto mayor. Sin embargo al momento de iniciar la actividad, surge un interrogante entre los especialistas acerca de la intensidad de la acción. Correr o caminar es una pregunta que muchos de los adultos mayores se hacen. Por eso queremos aclarar todo acerca de esta cuestión.

En primera instancia, lo que se puede decir es que las personas mayores que suelen salir a correr presentan un corazón más joven que las que sólo salen a caminar, consumiendo éstos últimos un 22% de energía. Inclusive, los que corren suelen caminar mejor que los que habitualmente lo hacen.

Los adultos mayores que corren tienen un envejecimiento más lento, los huesos y músculos se fortalecen, disminuye la presión y mejora la circulación. También cumple un rol social en la medida que se haga en compañía, actuando como antidepresivo.

Las personas avanzadas en edad, que deciden tomar la caminata como actividad encuentran como mayor beneficio su sencillez y su bajo nivel de peligro. En menor medida que correr, el caminar también es un beneficio para el desarrollo de un corazón más eficiente, disminuye la presión arterial, aumenta la capacidad de oxígeno y disminuye las grasas.

Es muy importante aclarar que todo va a depender de las condiciones físicas de cada uno. Siempre se recomienda que un adulto mayor comience a caminar y, una vez que tomó ritmo con esta práctica, puede pasar a la etapa de correr. Siempre todo debe ser supervisado por el médico de cabecera.

A modo de conclusión, se puede decir es que lo más importante es realizar actividad física. Correr es beneficioso, pero si no se puede, salir a caminar es buena opción. Cualquiera de las dos actividades serán importantes para mejorar la calidad de vida del adulto mayor.